02, Junio 2025
El 2 de junio de 2025, Gabriel Boric pronunció su última Cuenta Pública, cerrando un ciclo presidencial marcado por la transición de un programa transformador hacia una práctica más pragmática. Fue un discurso extenso, articulado y profundamente político. Sin dejar de defender los principios del progresismo, el mandatario trazó un relato de gobernabilidad sustentado en la capacidad de rectificación, escucha y aprendizaje.
Boric reconoció que no lograron todos los objetivos iniciales, pero señaló que eso no equivale a una derrota, sino a una adaptación a un contexto adverso. Aludió al Congreso dividido, a los plebiscitos fallidos, al peso de la opinión pública y a la necesidad de construir alianzas más amplias. “No es claudicar, es ampliar el horizonte de lo posible sin rendirse”, aseguró.
En seguridad, repasó las leyes aprobadas, el despliegue policial, la lucha contra el crimen organizado y la reducción de delitos violentos. No evitó los temas sensibles, como la violencia en la Macrozona Sur y los casos de migración irregular, pero los abordó con cifras concretas y propuestas legislativas pendientes.
En justicia social, destacó el Copago Cero, el aumento de pensiones solidarias, el alza del salario mínimo, la reducción de la informalidad laboral, y las 40 horas. Reivindicó una “política de lo universal” frente a la fragmentación identitaria, y subrayó que la prioridad de su gobierno fue mejorar la vida cotidiana de las personas, no marcar hitos ideológicos.
La cuenta también tuvo momentos simbólicos: anunció la transformación de Punta Peuco en una cárcel común, reiteró su defensa del aborto legal y su compromiso con los derechos humanos, y se refirió a la situación internacional con una crítica al gobierno de Israel y una defensa de la paz en Gaza.
La última Cuenta Pública de Gabriel Boric fue la de un presidente que quiso marcar historia, pero que terminó consolidando una nueva forma de ejercer el poder: desde la moderación, pero sin renegar de sus ideales. En tiempos de polarización, optó por el acuerdo. En tiempos de urgencias, priorizó lo posible. Su legado quedará como el de quien entendió que gobernar no es imponer, sino construir.