Lunes, Mayo 12, 2025
Google search engine
HomeActualidad y PoliticaColumna de Opinión: El abandono del Gigante de Tarapacá, una cicatriz en...

Columna de Opinión: El abandono del Gigante de Tarapacá, una cicatriz en la memoria patrimonial del norte

10 diciembre, 2022

Pocas imágenes son tan imponentes y misteriosas como la del Gigante de Tarapacá, geoglifo ubicado en el Cerro Unita, comuna de Huara, que se erige como una de las expresiones más asombrosas del arte prehispánico en Chile. Y, sin embargo, lo que debería ser motivo de orgullo y protección, se ha convertido por años en símbolo de abandono institucional.

Han pasado décadas de promesas, anuncios de mesas técnicas y compromisos intersectoriales. Y aunque recientemente se ha anunciado la remoción de escombros y renovación de señalética en el sitio —una acción mínima frente a la magnitud del deterioro—, lo cierto es que la remodelación integral del entorno del Gigante ha sido una deuda largamente postergada por los gobiernos de turno. No basta con “limpiar” el cerro una vez al año y cambiar unos letreros para hablar de protección del patrimonio.

El Consejo de Monumentos Nacionales y el Ministerio de Obras Públicas, junto al Gobierno Regional y el Municipio de Huara, han conformado la llamada “Mesa del Cerro Unita”. Pero si miramos la cronología de intervenciones reales, su trabajo ha sido más retórico que transformador. El turismo ha aumentado, pero no existe infraestructura adecuada, señalización contextual, vigilancia permanente ni acceso regulado, lo que ha llevado incluso a actos vandálicos sobre el geoglifo, con motos, pisadas e incluso rayados.

¿Cuál es la lógica de vender la imagen del Gigante en afiches turísticos y no invertir en su conservación real? ¿Cómo se explica que un monumento milenario —más antiguo que muchas ciudades del país— dependa de gestos esporádicos y no de una política pública permanente y con presupuesto fijo?

El Cerro Unita no solo es un sitio arqueológico; es un lugar sagrado para pueblos originarios, una expresión de conocimiento astronómico y una pieza única del legado andino. Pero en lugar de ser tratado con la solemnidad y el respeto que merece, ha sido relegado al olvido por la burocracia centralista que mira a Tarapacá como un rincón periférico.

Ya es hora de pasar de las mesas de trabajo a las obras concretas. Restaurar, proteger y proyectar este espacio con criterios de sustentabilidad, participación indígena, turismo responsable y enfoque patrimonial. Cualquier otra acción será solo maquillaje para una herida que sigue abierta.

El Gigante de Tarapacá resiste en silencio, pero es Chile el que está fallando en escucharlo.

Rodrigo A. Longa Teran

RELATED ARTICLES
- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments