28, MAYO 2024
En la reciente Cuenta Pública 2024, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la subsecretaria Heidi Berner, presentaron un panorama optimista sobre los avances económicos y sociales del país. Aunque es indudable que se han logrado algunos hitos importantes, es crucial examinar si estos avances son tan sólidos y sostenibles como se presentan.
El ministro Marcel destacó la normalización de la economía y la reducción de la inflación como logros clave de 2023. Sin embargo, esta “normalización” parece más una estabilización precaria que una recuperación robusta. Aunque la inflación ha sido contenida, los precios de bienes esenciales siguen siendo altos para muchos hogares. La reducción del índice de incertidumbre económica es positiva, pero la confianza de los consumidores y las pequeñas empresas aún no ha sido completamente restaurada, lo que sugiere que queda mucho trabajo por hacer para consolidar una recuperación real.
El aumento de la inversión extranjera directa, celebrado como el mejor en casi una década, plantea interrogantes sobre su sostenibilidad. La inversión extranjera es vital, pero sin políticas que aseguren su impacto a largo plazo en el empleo y los salarios, su beneficio puede ser efímero. Además, el éxito de la Ley de Royalty Minero, aunque prometedor en términos de recaudación, enfrenta desafíos en la gestión de conflictos socioambientales y en garantizar que los recursos realmente lleguen a las comunidades más necesitadas.
En el ámbito social, los incrementos en el sueldo mínimo y los bonos extraordinarios son pasos en la dirección correcta. No obstante, estos aumentos apenas mantienen el ritmo del costo de vida creciente. La automatización en la entrega del Subsidio Único Familiar es una mejora administrativa significativa, pero no aborda de manera integral las necesidades estructurales de las familias más vulnerables, quienes siguen enfrentando inseguridad económica.
Las iniciativas de modernización del Estado y finanzas verdes son promesas atractivas, pero su implementación debe ser vigilada de cerca. La inclusión de género, ejemplificada por los nombramientos de mujeres y los Bonos de Género, es un avance necesario. Sin embargo, la equidad de género debe ser parte de una política más amplia que abarque todos los aspectos de la vida económica y social del país.
La ejecución presupuestaria al 100% en 2023, aunque impresionante en papel, invita a una reflexión sobre los sacrificios realizados para alcanzar esta meta. La “política austera” mencionada sugiere recortes que podrían haber afectado servicios públicos esenciales, exacerbando las dificultades de los más vulnerables.
Los compromisos en áreas como la minería limpia, el litio, las energías renovables y la economía digital son fundamentales para el futuro del país. Sin embargo, estos proyectos deben gestionarse con una visión a largo plazo y una participación efectiva de las comunidades locales para asegurar su sostenibilidad y equidad.
En conclusión, aunque la Cuenta Pública 2024 presenta un panorama alentador, es esencial mantener una mirada crítica y exigente. Los desafíos económicos y sociales del país requieren no solo de cifras optimistas, sino de una atención constante y profunda a los problemas subyacentes y las necesidades reales de la población. La verdadera recuperación y progreso se medirán no solo por los indicadores macroeconómicos, sino por el bienestar tangible de todos los ciudadanos.
